¿Te imaginas el estrés que sienten quienes nos preparan la comida en hora punta en un restaurante? Os puedo asegurar que ser chef es todo un desafío en muchos aspectos, pero concretamente el desafío emocional de ser chef es lo que trataremos a continuación. Aunque no siempre tiene que ser estresante porque bien llevado aporta mucha magia y disfrute.
Hoy tengo el placer de entrevistar a Dani Moreno, fundador y chef del Restaurante Maruxiña en Valencia. Tras una intensa trayectoria internacional, Dani decidió volver a España en el momento de formar una hermosa familia.
De los perfiles que acuden a consulta, los chefs son de mis favoritos. Su personalidad es absolutamente pasional, les encanta lo que hacen, se divierten en la cocina, cada servicio es un nuevo reto para ellos. Pero a veces tanta adrenalina, los lleva a un agotamiento emocional que hace que se desequilibren y entonces es cuando aborrecen su trabajo y piensan si merece la pena seguir. Ahí es cuando suelen acudir a consulta.
Las jornadas de los chefs suelen empezar de mañana a eso de las 10:00h para comenzar a preparar el servicio. A partir de las 13:30 los clientes llegan y hay que ser muy organizados y ágiles para que todo salga como un reloj, pero lo raro es que no pase nada, como un simple cambio de ingrediente en un plato. A las 15:30 ha pasado ese gran momento y empiezan a recoger. Tendrán un par de horas de descanso y por la noche un nuevo servicio exigiendo el máximo de cada miembro de la cocina, que con suerte a las 24:00h pueden marcharse a su casa. ¿Te imaginas?
Es como una montaña rusa emocional, con momentos valle y momentos que requieren de mucha intensidad física y emocional. De cara a sostener esta intensidad es importantísimo que los chefs se encuentren muy equilibrados. De hecho son perfiles donde la adicción es un tanto habitual, y eso se debe a utilizar sustancias de cara a poder encenderse o apagarse, para llevar su sistema nervioso al máximo o bien poder relajarse tras tanta intensidad.
Sólo desde una buena armonía se podrá llegar a disfrutar de verdad de ser chef, si no la exigencia del rol te llevará por delante.
Ser chef es todo un desafío emocional, que bien llevado aporta mucha felicidad tanto para ellos como para los que están a su alrededor, incluidos sus clientes.
Recuerda que si ya no disfrutas de tu trabajo, no dudes en hacer terapia y volver a hacer lucir todo aquello que hay dentro de ti.
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