En esta nueva normalidad, nos encontramos en que nuestra mayor preocupación es qué va a pasar en el futuro, nada parece predecible. La gran mayoría de las familias aún no tiene claro si podrá irse de vacaciones, si volverán a cerrar fronteras, si será despedido del trabajo, si los niños volverán al colegio, …. Es un momento en el que aprender a tolerar la incertidumbre es vital.
Pero no hay que olvidar que en el día a día siguen las personas con sus problemas cotidianos en los que la resistencia a la incertidumbre es todo un reto: ¿me cogerán en este trabajo?, ¿aprobaré la EVAU con nota suficiente para estudiar aquello que deseo?, ¿este mes conseguiré el embarazo tan deseado, quien me garantiza que con una fecundación in vitro lo conseguiré?, …
El alimento preferido de la ansiedad y el miedo es no tolerar la incertidumbre, sin olvidar como ésta influye en las adicciones o cómo puede derivar en un estado depresivo. Existen diversos estudios donde se demuestra que nuestra mente prefiere la certeza, aunque sea algo muy negativo para nosotros (enfermedad, descarga eléctrica, no me quedo embarazada, etc.) a la incertidumbre de una posible noticia positiva. Y esto se debe a que en cuanto conocemos la mala noticia nos ponemos manos a la obra para adaptarnos y aceptar esa situación.
¡¡Pero ojo!! La incertidumbre también puede convertirse en algo positivo e incluso motivador: no sé donde me llevarán en mi despedida de soltera, no querer que te hagan un spoiler de una película, qué te regalará tu pareja por tu aniversario, etc.
En este periodo de pandemia claramente ha aumentado la sintomatología emocional tanto en personas que ya padecían alguna sintomatología, como en personas que hasta ahora nunca habían acudido a un psicólogo. Hemos tenido que adaptarnos y aceptar una situación completamente novedosa para nosotros y hemos tenido que hacer el duelo por la pérdida de múltiples cosas: desde perder mi trabajo a la posibilidad de perder un familiar. Todo esto se une a la gran incertidumbre y el miedo al futuro.
Ante esta situación claramente serán más tolerantes aquellas personas cuya estabilidad emocional sea mayor. Una persona que necesita tener todo bajo control, que le cuesta adaptarse a los cambios, que no soporta la soledad, que se preocupa en exceso por todo, será mucho más intolerante a la incertidumbre. Es la temida ansiedad anticipatoria, todo lo tengo bajo control, ¡¡¡pero por Dios que ahora no puedo!!!
Las personas que no toleran bien la incertidumbre responden a ella o bien evitándola o bien luchando contra ella, esto es, buscando la certeza. Pero os diré que si quieres más certeza la preocupación aumentará y tu tolerancia a la incertidumbre sigue bajando. Recuerda los primeros días de confinamiento cuando no parabas de ver diferentes medios de comunicación para saber más.
La búsqueda de la certeza te aumenta la preocupación. Sin embargo, aprender a manejar la incertidumbre nos llevará a sentirnos mejor y a sentir cierto “control” sobre nuestro estado anímico. Aunque parezca imposible podemos influir en lo que está ocurriendo en nuestro entorno, aunque solo sea la actitud con la que queremos vivir lo que nos haya tocado vivir.
Por tanto, para manejar la incertidumbre te aconsejo:
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